Nueva dirección del Sillón Bol

Letizia, rookie del año

Desde luego este fin de semana el gran sobresalto en el sillón bol nos lo ha proporcionado el anuncio de boda del Príncipe Felipe. Los demás eventos deportivos quedan aplazados en espera de mejores minutos de prime time. Sin embargo hay que destacar de la festividad de Todos los Santos a San Iker Casillas que consiguió que se apareciese la Virgen en el Bernabeu para regocijo del tabernáculo merengue. San Valentino Rosi el domingo se despidió de Honda, en Cheste, con una victoria y una peluca para regocijo de Yamaha, su previsible destino el año que viene. Por el contrario la cara de ánima en pena se le quedó a Barriola cuando vio que San Miguel Capellán le abría un parcial de 8-0 y se llevaba la liguillla de semifinales del Cuatro y Medio de pelota para la comarca de Santo Domingo de la Calzada. En efecto, el delantero de Hervías se calzó al zaguero de Leiza.

Por su parte la NBA lleva casi una semana dando guerra. Esta temporada los ojos los tenemos puestos en el tercer año sin play off de Gasol en Memphis, en el primero del maltrecho Raúl López en Utah, y en el gran rookie Lebron James donde en Cleveland va a ganar millones de dolares y va a perder lo que no está escrito en la cancha. También seguiremos de cerca el duelo fraticida entre el encausado Kobe Bryant y el increible Hulk O’Neall en los Lakers. Donde por cierto, el cartero Malone, que está hasta los mismísimos de llamar a la puerta del título de la NBA en balde, intentará certificar de una vez el anillo de campeón.

Los favoritos para esta temporada se sitúan en la Conferencia Oeste, donde a los mencionados Lakers habría que añadir a los actuales campeones San Antonio Spurs, los Sacramento Kings y a Minesota que se ha reforzado para dar mucha guerra en los grandiosos pabellones con nombres de líneas aéreas.

Una vez que parece que Michael Jordan se ha retirado, se pone en marcha la búsqueda de ese sustituto que hará que la NBA siga con sus buenos shares de audiencia. Todo indica a que el muchacho Lebron James ocupará tal honor. Lo que ocurre es que algunos críticos ya vaticinan que como su equipo no gane partidos la burbuja Lebron se puede ir al garete y su crédito baje. Todo lo contrario de lo que le puede ocurrir al otro novato del año, a Carmelo Anthony, número tres del draft y jugando de maravilla en Denver.
Este escolta, que sí se ha rodado en los preceptivos años universitarios, es un tipo con mucha clase que no lo ha pasado bien en su entorno familiar, además tiene el juego y las ganas suficientes como para triunfar en la NBA. Por su parte Gasol volverá a ser el mejor de los Grizzlis y sería todo un éxito si el conjunto del zorro Hubie Brown se mete en lo que los guays llamamos la postemporada. A Raúl López le auguramos un año duro, la baja del granjero John Stockton en los Jazz es una tortura mormona para los bases que le tengan que sustituir, además todo hace indicar que ese puesto lo ocupará el puertorriqueño Carlos Arroyo, un magnífico jugador de 22 años. Paciencia para Raúl.

O sea, que de aquí a junio tenemos tropecientos partidos de la NBA para disfrutar y resolver incógnitas. En estos meses veremos si las nuevas figuras se hacen un hueco o las de otras temporadas (Nowitzki, Garner y compañía) les cierran el paso. La respuesta de aquí a junio. Precisamente el mismo periodo de tiempo en que las revistas Hola y Lecturas recuperarán, gracias a la Boda Real, la hegemonía del corazón en detrimento de Qué me dices, Sorpresa y demás que seguirán con los cutres Genil, Aida y demás caspa.

Entramos, por tanto, en fase glamour que esperemos desterre para siempre la moda boñiga. Hoy ya, la rookie Letizia Ortiz, no ha salido en el telediario de RTVE junto a u, erre, de, a, ce, i. Comienza la cuenta atrás en la Almudena.

Los mulos salieron trasquilados

Dicen de Winston Churchill que había dos cosas que nunca entendería de los norteamericanos: una era las elecciones presidenciales y la otra el béisbol. Como ahora no es el momento de hablar aquí de los caucus de Iowa ni de las primarias de Massachussets daremos un repaso a las Series Mundiales de Béisbol, que hemos podido seguir en diferido en la televisión por satélite.

Durante el Clásico de Otoño hemos disfrutado de una final muy disputada donde los Florida Marlins se han impuesto 2-0 en el sexto partido frente los Yankees de Nueva York, y por tanto han logrado el campeonato nada más y nada menos que al imponerse en el Yankee Stadium ante los incrédulos hinchas neoyorquinos . Por tanto, los Marlins se han adjudicado su segunda Serie Mundial en sólo 11 años de existencia. Y la verdad es que nadie daba un dólar por ellos ya que los Mulos del Bronx partían claramente como favoritos, al tener en sus filas peloteros de gran calidad, quizás veteranos, como el puertorriqueño Bernie Williams, un mito en la ciudad de los rascacielos que no ha estado a la altura del Empire State. Sin embargo el boricua ha destacado este año por ser un guitarrista excepcional y ha sacado un disco de jazz latino totalmente recomendable.

En los Marlins de Florida ha destacado Josh Beckett, un pitcher de 23 años que blanqueó a los Yankees (no hicieron ningún carrera) y fue elegido jugador más valioso de las Series Mundiales. El joven lanzador ha eclipsado por tanto a los temibles bombarderos del Bronx.

Mañana las calles de Miami recibirán de forma multitudinaria a sus héroes con ritmo salsero y alegría hasta la madrugada. Esperemos que no haya trabajo para los del CSI de allí, que por cierto a estas horas resuelven el caso de un striper muerto en una fiesta.

El béisbol es un deporte que entre nosotros no tiene el arraigo de otras modalidades, aunque Navarra sea puntera a nivel nacional, y sólo nos entra por los ojos mediante alguna antigua película de James Stewart, como "El orgullo de los Yankis" o en “Ellas dan el golpe” con Madonna y compañía. Pues bien sepa usted que el béisbol es un deporte antiguo, ya que a principios de 1800 ya se practicaba en Estados Unidos.

Si usted no se aclara y se equipara con el estadista inglés, y quiere profundizar en el asunto invite a cerveza –llene bien la nevera porque los partidos sobrepasan con facilidad las tres horas– a algún colega que entienda y se lo vaya explicando entre trago y trago mientras comparten
el sillón bol.

También puede desenmarañar todo el entramado de pitcher, cacher, hit, hon ron, closer… siguiendo atentos los comentarios de Fernando Díaz en Sportmania, un verdadero experto en la materia. A veces de más ya que muchas de sus explicaciones van dirigidas a fanáticos del béisbol (como dirían en Cuba donde la pelota, como allí le llaman, es el deporte rey) y con las que los seguidores de a pie nos quedamos a veces in albis. Sin embargo merece la pena el esfuerzo. Buen zapping y hasta la próxima semana.

La sombra alargada de Don King

Aunque nos suene extraño los deportes del boxeo y de la pelota tienen mucho que ver, y ahí puede radicar los problemas vitalicios que anclan en el pasado al juego del frontón.

Por ejemplo, la manera de organizar los campeonatos (títulos mundiales del boxeo y finales manomanistas), conceptualmente, son similares entre sí. Hace unos años, igual que en el boxeo, el pelotari campeón defendía su título y sólo disputaba el partido de la final. Daba igual que fuera Cassius Clay contra Sonny Liston en los pesados que Hilario Azcárate
contra el difunto Ogueta en el mano a mano, el campeón partía con esa ventaja.

De ese modo de celebrar el manomanista todavía quedan la reminiscencia equivocada de que los pelotaris que más lejos han llegado en el campeonato anterior jueguen menos partidos en el de la edición actual. No decimos que los mejores pelotaris no tengan algún beneficio deportivo, pero con ser cabeza de serie bastaría, como ocurre en otros deportes (tenis, fútbol
en la Champion y Mundiales, baloncesto en la Euroliga...) Pero es que jugar menos partidos es mucha ventaja.

Otra aspecto en el que se parecen es en esa jornada previa del pesaje en el boxeo y del apartado de material en la pelota, en ella los futuros contrincantes aparecen con su séquito, marcando el territorio y la trascendencia del match. Posteriormente vienen las declaraciones intimidatorias que van caldeando el ambiente entre los aficionados.

También encontramos que las figuras del manager en el boxeo y del botillero en pelota son tan entrañables como parecidas en los dos deportes.

Otra similitud se refiere a la manera individual de los deportistas de afrontar los compromisos. Aunque se entrenen en gimnasios y frontones junto a otros boxeadores y pelotaris la preparación se hace con entrenadores y preparadores físicos en exclusiva. Cada deportista se busca la vida y elige su específica preparación.

Seguimos con los parecidos y comprobamos como se puede subir y bajar de los escalafones a los boxeadores y pelotaris. En el boxeo el Don King de turno prepara un camino más o menos difícil (o fácil) a un campeón para obtener una rentabilidad deportiva y económica rápida. En la pelota, aunque no existan promotores con los pelos para arriba, sí que la influencia empresarial y de los intendentes (o directores deportivos) hacen que un pelotari juegue partidos
y campeonatos en un nivel o en otro.

Más parecidos, por ejemplo, todo el peligros entorno que rodea al mundo de las apuestas que hemos visto en las películas tipo Toro Salvaje y que en la pelota, aunque de manera algo más civilizada, también se da, sembrando la duda entre los aficionados amantes sólo del aspecto deportivo. En definitiva que la sombra alargada de Don King esperemos que no llegue a nuestro querido deporte.

Australia, cita de caballeros y truhanes

El Mundial de Rugby que se está celebrando en Australia ya nos ha deparado el primer gran duelo. El sábado Inglaterra vencía a Sudáfrica por 25-6 con una gran actuación de su apertura Jonny Wilkinson. Fue un encuentro muy intenso y donde los pateadores se conviertieron en los grandes protagonistas, por un lado el rubio con cara de crío Wilkinson le pegó de maravilla al balón tanto en los golpes de castigo como en los drops, esto es de botepronto. Por contra el pateador de los Srpingboks Louis Kien falló hasta lo que no estaba escrito. La verdad es que Inglaterra confirmó con su juego y su entrega que es, junto con los All Blacks, favorita al título. El mundial se pone de color de rosa para el quince que lleva esta flor en su escudo.

El sábado hubo otros dos triunfos para los grandes: Australia demolió 90-8 a Rumanía, en lo que hasta ahora es la victoria récord del Mundial, con un Elton Flatley pletórico en el lanzamiento a palos, y Francia superó 51-29 a Japón en el que Frederic Michalak, apertura de los galos, sumó 24 puntos , eso sí la brava selección samurai plantó más cara de lo esperado al quince del Gallo. El viernes, los All Blacks vencieron por 68-6 a la selección de Canadá y confirmaron que también son favoritos. En este partido el zaguero Mils Muliaina fue la gran figura del encuentro anotando sus cuatro primeros ensayos, en un partido que fue de total dominio neocelandés

En cuanto a las figuras, ya comienzan a destacar varios nombres. En Inglaterra tenemos al mencionado Johny Wilkinson, por cierto con una tez imberbe que no necesita de cuchillas de afeitar y otros como el zaguero que jugó de tres cuartos Jason Robinson o el otro ala Greeenwood que esá haciendo las delicias del aficionado. En el otro conjunto favorito tenemos en ciernes a un jugador que puede marcar época. El neocelandés Joe Rokocoko toma el testigo de su compatriota Johna Lomu. El tres cuartos all black, con nombre de salón versallesco, sólo tiene 20 años y 100 kilos de peso, y ya deslumbra a los críticos del balón oval con su electrizante carrera por la banda (contra Italia consiguió dos ensayos y una lesión que le apartó del quince frente a Canadá). Joe Rokocoko es, al igual que Lomu de origen maorí, (como el veterano Tana Umaga que se perderá el resto del mundial por una lesión de rodilla en el primer encuentro). Rockokoko nació en las islas Fidji, también presente en el mundial y donde el rugby es un estilo de afrontar la vida. Juegan de manera alegre con vivacidad y rapidez, no en vano son unos malabaristas del balón oval y reyes del Rugby a Siete. Las comparaciones con Lomu son inevitables ya que son dos regalos fisiológicos de la naturaleza que juegan en la misma posición. El primero, que sufre problemas crónicos en los riñones, utiliza la fuerza y la violencia de sus choques para deshacerse de los contrarios, Rokocoko, que es un velocista con impresionantes cambios de dirección, los deja en el suelo con la misma cara que el lobo cuando pasa Correcaminos. Mic mic.

Bizkaia maite

El mundial de ciclismo nos ha regalado a los vizcainos momentos dulces que en otros deportes nos son esquivos. Este largo fin de semana en Hamilton ha hecho que el sillón extrañe mis posaderas ya que he visto los últimos kilómetros tanto de Joane Somarriba como de Igor Astarloa de pie, dando botes y voces y viendo el gesto alucinado de mi hijo creyendo que su padre estaba como una cabra. Sentí una inmensa alegría por Joane, una excepcional chavala a la que he tendo el gusto de entrevistar en profundidad, y sé de lo mucho que ha sufrido y ha currado en esto del ciclismo. Pocas veces un maillot arco iris ha ido a parar a alguién con tanto merecimiento como la ciclista de Sopelana.

Ayer, mientras el Dios de las Tormentas desataba su furia sobre Pamplona y el frontón de Lekunberri, el benigno otoño canadiense se colaba en nuestros televisores, los ciclistas se mareaban dando vueltas a un circuito que las ocres hojas de arce lo hacían muy peligroso. En eso andábamos cuando en la última vuelta saltaron los buenos, los clasicómanos, y allí estaba Igor Astarloa junto a Bettini, Booger, Van Petegan, Hamburger y Camenzind, dos campeones del mundo y varios ganadores de clásicas como la París Rubaix o el Tour de Flandes, esas clásicas que Igor junto a su paisano Pedro Horrillo soñaba ganar cuando entrenaban siendo juveniles por las cuestas de su Ermua natal.

Los escapados, con el pelotón enfurecido en busca de ellos, se miraban unos a otros, sin fiarse. Hasta que al inicio del último repecho saltó Astarloa jugándose el todo por el todo. Si le pillaban antes de llegar a lo alto, sus ilusiones se desparramarían por los suelos como le había sucedido en una curva tres vueltas antes, sin embargo pasó con tiempo suficiente en la cima. Desde allí, con Hamilton a sus pies, se lanzó en pos de la gloria exprimiendo sus últimos gramos de fuerza hasta llegar a meta. ¡Ay ama! Fueron tres kilómetros interminables en territorio iroqués donde este muchacho, que tuvo que exliarse a Italia para triunfar, puso a todo España en vilo y en pie. Al final, pleno de satisfacción cruzó la meta santiguándose en estéro. Por detrás llegó con la plata Valverde, confirmando ser el ciclista revelación de la temporada. Luego afluyeron esas contagiosas lágrimas en el podium, que fueron a dar al lago Ontario que impasible vió como el espíritu de Ermua se desbordaba hasta las cataratas del Niágara. Bizkaia maite.

Semana negra, descenso a las cloacas

Estos últimos días el deporte se ha codeado en las cloacas con lo más granado del lumpen y la Serie B. El espacio dedicado a la información deportiva en los diferentes medios de comunicación ha compartido minutos con los sucesos de Mijas y Coín.

En un hotel de lujo de Londrés, la semana pasada se producía una supuesta violación de una menor por parte de media docena de jugadores de la Premier Ligue inglesa. Las noticias de tan desalmado acontecimiento nos llegan en clave y hay que leer entre líneas en los sensacionalistas periódicos ingleses para saber qué ocurrió ese sábado negro, en el lujoso Hotel Grosvenor. El grave asunto denota la incompetencia del deporte de élite para formar persona jóvenes con dignidad, respeto y sentido común. Los tratamos como adultos y se convierten en delicuentes juveniles. Qué se puede destilar de un mundo donde damos carta blanca a niñatos colgados de un móvil, que alquilan habitaciones con una Visa Oro mientras piensan como sumar despreciables muescas. El único consuelo que nos queda es que el juez inglés dicte justicia y castigue a los culpables, si lo son, aunque a uno le queda la duda de que el lord de turno, con esa peluca que le asemeja a la oveja Dolly, se atreva con semejantes clónicos.

El asunto de la violación también le ha salpicado a Kobe Brayant, unos de los mejores jugadores de la NBA. El escolta de los Lakers de Los Ángels, que está en Hawaii de pretemporada, dice sentirse aterrorizado, pobre, por el proceso judicial que se ha abierto en Estados Unidos contra él, tras ser denunciado por una camarera de otro hotel lujoso, esta vez en Colorado. Las televisiones se frotan las manos ante los posibles records de audiencia que presumiblemente se van a batir con este proceso. El precedente de OJ Simpson hace presagiar que se atenderá más a la escabrosa vida de Brayant que a los propios partidos de la NBA. Triste.

En Colombia, el escolta del másximo accionista del penúltimo clasificado, saltó al campo para agredir al colegiado. No sabemos si fue por iniciativa propia o porque atendió una seña de su jefe. En el país de los sicarios y de los cárteles de Cali y Medellín este hecho hasta nos parece una anécdota comparado con el clima de violencia que se respira desde Barranquilla hasta Bogotá.

Por último para cerrar esta Semana Negra del deporte. El sábado, Asturias saltaba a la palestra con una noticia propia de Napolés o del barrio bonaerense de Avellaneda. Se suspende un partido de Tercera por los graves incidentes en la grada entre seguidores del Langreo y el Oviedo. Puñetazos y navajazos estuvieron a la orden del día para vergüenza de todos. El tema es gravísimo, y más teniendo en cuenta que el Oviedo ya tiene suspendido otro partido con el Gijón Industrial en previsión de altercados. Que en Tercera División estemos así, aquí, me parece increible. La perpesctiva es más negra que las galeríás de carbón de las cuencas asturianas. Todavía nos quedan Betis-Sevillas, Barças-Madrid (por cierto de vergüenza que el Barcelona no hay cumplido las sanción del cerdo volador) y demás partidos donde los ultras tienen su funesto cuarto de hora mediático. Qué pena.